van y vienen, en soledad.
El verde césped
extraña los niños,
su risa fresca, su corretear.
Pues llegó,
ya está instalada,
la profunda soledad,
producto del desgobierno,
la droga y la inseguridad,
en aquel que fue nuestro patio
donde íbamos a jugar
a cualquier hora del día
y en completa libertad.
Hoy, rejas hay en las ventanas
rejas en la sociedad;
tristes rejas en las mentes
no quieren que podamos pensar.
Pero no podrán conmigo,
seguiré escribiendo en verso
la tristeza y realidad,
mientras pueda con mis letras,
nunca me han de callar.
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