*CARETA.

Te encuentro
en cada gesto
que llega a mi memoria,

en tus ojos llorosos

y tus lágrimas de miel.

En la voz pausada y suave,

cual sutil melodía
que expresan de tus labios

la mejor canción.

Te busco . . .

como aquella noche,

donde juntos paseamos

nuestra mejor canción

seguidos de la luna
y millones de estrellas,

que la ruta solitaria

nos regaló a los dos.

Te encuentro en la memoria,

te busco en los recuerdos

y olvido que, esta noche,

todo ya terminó. . .

mujer de mil gaviotas

del mar y el horizonte,

mañana, entre mis letras,  

ya no estarás vos,
pues solo fuiste cuento,
sueño, novela,
y hoy, al romperse el elástico,

tu careta cayó.

*SOLO AHÍ

Donde explotan las razones
y las cosquillas brotan,
la piel se eriza
y el sueño vuela.
Solo ahí
donde creemos
que pasa,
y lo contamos roto,
averiado y destruído,
alegre, latente y feliz.
Solo ahí
creemos en el corazón,
pero . . . todo sucede
en nuestro cerebro,
testigo fiel
de nuestras sensaciones,
sueños y desvelos.
Sí, solo ahí, pasa todo,
aunque sientas
que estalle tu corazón
y pienses
que dejará de latir.

*LABERINTO.

Entre el sol y la sombra,
la verdad y la mentira,
la oscuridad y la luz,
solo ahí . . .
en el hilo delgado
de las diferencias,
el silencio y las palabras.
Solo ahí . . .
está tu cerebro confuso,
variando la realidad,
confundiendo el sol
con las estrellas,
el día con la noche
y la verdad con la mentira.
En medio de un laberinto
donde solo vos,
conoces la salida
y no la buscas.

*BUSCA.

Navegas
los silencios de la mente,
la oscuridad de la vista
y el olfato
de la búsqueda sostenida,
y a la deriva te perderás
tras vibrantes truenos
en la noche menos esperada,
mujer de cristal barroso
y astillas de fuego.
Escondido te espero,
solo debes . . .
animarte a vivir
entre las llamas de mis brazos
y me encontrarás.

*AHÍ.

Y ahí estás,
dónde se esconden las sombras
de las tan deseadas ilusiones,
y palpitan a des ritmo
los golpeados corazones.
Ahí estás
debajo de almohadas
húmedas de lágrimas,
detrás de rincones
llenos de cansadas esperanzas,
pero cerca . . .
quizás, en la punta de la nariz,
o detrás de tu sombra,
donde miramos sin ver
y oímos sin escuchar,
ciegos y cansados de andar.
Ahí, justo ahí
está lo que buscas
llamándolo amor,
y no lo encuentras.

*MAÑANA.

A la deriva del sol,
entre vientos cálidos
de tarde de verano,
recorres los bruscos
e imponentes acantilados,
tus huellas delatan
el cansancio de las pisadas
y el cabello al viento,
la brisa que castiga
tu rostro en la tarde.
Escapas . . .
la vida te persigue,
los días te agobian
y el andar pesa sobre heridas
que brotan de la sal
intentando curar sin piedad.
Borrando el pasado,
despejando el presente
y mostrándote el futuro
que aún... no ves.
Sigue, mañana el sol
te lo mostrará,
secando las lágrimas
que hoy, bañan tu rostro.

*PÓLVORA VIVA.

Pólvora entre tus manos
y anís cayendo
suavemente por  tu rostro.
En la sucia madrugada del lunes,
el barrio barre el silencio
de la luna que se va,
y entre viejos gorriones
caminas desolada.
A lo lejos
el silbido del tren . . .
y vuelas otra vez,
la mañana te espera
la plaza te llama
la muerte... te espera.

*SOLO AHÍ

Donde reina la calma
y se esconde el silencio,
estalla el viento
y brotan las estrellas.
Solo ahí
la luna acaricia
la almohada de sueños
y el sol
entibia las mantas
del amanecer.
Solo ahí
pasa todo eso,
pues el lugar
copia de ti la belleza
y todo se convierte en cuento,
a tu lado,
mujer de los sueños ricos
y los días mermelados
de tu presencia.

*UNA VEZ MÁS.

Se escapa con el viento
la luna
detrás de la impecable
cortina de rosa sostenido,
y . . .
en el pequeño viaje,
descansa tu suave suspiro,
reposando sobre mullidos almohadones
el cansancio de la noche
que fuimos dejando,
entre abrazos y mimos.
Una vez más,
transpirando el inmenso amor
de la pasión descontrolada
en cada encuentro,
suspiras, duermes, amanece
y el viento... nos lleva.

*SUEÑO DE MAR.

Suave brisa que acaricia
sobre la orilla del mar
y entre olas apaisadas
dejan tu cuerpo llevar.
Suave sol que te acompaña
en el dulce caminar
marcando tu dulce presencia
cuando vienes, cuando vas,
bella sirena en la tarde
junto a mi amigo, el mar.
Camina, cansa tu cuerpo
que aquí te espero y,
entre mis brazos,
descansarás la noche.
Y juntos, al alba,
procrearemos el día inolvidable
que buscábamos.

*Y... AFUERA LUZ.

Aquella prenda íntima,
pequeña y roja que,
arriba del almohadón,
dejó la marca de la noche,
la que fue transcurriendo
entre cigarros y alcohol,
detrás del mullido sillón,
que precede la cama
de la transpirada alcoba
del ventilador,
donde solo vos y yo . . .
sabemos qué pasó.
En el dulce secreto
que nos une,
desde aquel partido
que no vimos,
por mirarnos de reojo
hasta animarnos a más.
Y entornar
la puerta de los tabúes,
para desatarnos en la noche.