se fue tu nombre en la noche,
mariposa negra, ojos azules.
Piel escorpiana entrelazada
a sueños rotos en la quimera del viejo boliche,
en estaño y aquella alta banqueta tu nombre

El hielo que se derrite mientras lo giro dentro del vaso;
el reloj que no para, el sol que no llega y tu nombre
en el recuerdo escrito en la vieja madera de la ultima mesa,
donde por última vez, dejando los altos zapatos
de taco aguja te fuiste por la solitaria avenida
gritando mi nombre sin conocerme.