viernes, 9 de junio de 2017

*RIOBA. *

Se fueron la plazoleta,
los cines, la pizzería,
la noche de la esquina;
se fueron Chona, Francisco,
el Nene y, dicen,
llegó el progreso...
Te prefiero simplemente
como eras, como fuiste,
con la esencia
de saberte un poco mío,
cayéndote de la capital,
siempre al límite de lo informal;
verde, cortado por las vías
cantado por el polaco
y vestido de murga
por la avenida,
barrio marrón por donde lo mires
profundo por donde lo busques
e inundado por la desidia.
Barrio, pedazo de mis días,
de mis noches de eterna soledad
sentado en la plazoleta.
Hoy te cuento un tango más,
en la esquina de Saavedra,
Tronador y ex Del Tejar,

jueves, 8 de junio de 2017

*ELLA.

Tiene ese qué sé yo, viste,
camina como nadie
y su voz endulza
el café de cada tarde,
su cabello vuela
y, entre gaviotas, se confunde
el cielo con el mar;
escucha como pocos
y aconseja como solo ella
sabe hacerlo...
hasta en los silencios.
A veces pienso que no es de aquí,
pero sí, existe, es real
y... es ella.

*NUNCA.

Nunca faltaré a la cita,
ni el día en que te vayas,
pues ese día
partiré con vos
y, juntos de la mano,
conoceremos
lo que tanto nos intrigó
desde que nos conocimos.
Si me citan primero
quédate aquí, pasea,
ríe, canta y recuerda
que esté donde esté
siempre cuidaré de vos.


domingo, 4 de junio de 2017

*EL DIBUJO, VOS Y YO.

La escalera del vestuario, detrás de la Cachila, nos reunió como más de una tardenoche, sentados ahí tuvimos una larga conversación. Ella acomodaba mi corbata azul y yo hacía lo mismo con su largo cabello castaño claro, que enredaba entre mis dedos como un juego en cada encuentro, pero decidimos cortar nuestra alocada relación de adolescentes, los dos teníamos miedos, miedo al futuro que comenzaba en poco tiempo, detrás de las libres rejas de la escuela. Nos esperaba en pocos meses un futuro casi incierto, pero futuro al fin, y compartirlo era insostenible, por lo menos como ella quería . Nos tomamos las manos fuertemente y ella con un rostro casi de enojo partió a su casa, a mí me esperaba el entrenamiento, que no cambiaría por nada.
Pasaron los días y, justo en la escalera, nos cruzamos frente al cuartito. Yo entraba, ella subía, se acercó y me dijo al oído casi susurrando: "Te espero en la Cachila, en en el recreo largo".
No podía fallarle, volví al taller, le comenté al Tano,que debía tener una conversación y, como siempre, cuando le decíamos la verdad, me dijo "vaya y pórtese bien, pero vuelva".
Sonó el timbre, corrí bajando rápido la vieja escalera y el largo pasillo de talleres; llegué a la Cachilla y viendo su figura desde lejos, pensé mil cosas en cada paso, a su encuentro.
Nos sentamos mirando la cancha, en la escalera de acceso al vestuario, como lo hacíamos tarde a tarde, en el recreo  de las 18,20, y los dos encendimos cigarrillos que compartíamos hacía meses y me entrego un dibujo, hecho por ella, dedicado a mí, Me dijo: "Algún día encontrarás la mujer de tu vida y ojalá sea ésta que dibujé pensando en vos y para vos". Me provocó una sonrisa, largué una carcajada y ella endureció su rostro, retirándose, simplemente dijo: "No entendiste nada..." y se fue, recogiéndose el cabello, hacia el aula antes de que sonara el timbre de fin del largo recreo.
Pasaron muchos años, no supimos nada uno del otro en ese tiempo, pero yo conservaba ese dibujo.
Hoy encontré esa mujer, y como le prometí aquella tarde la cuidaré, protegeré y trataré de amarla como tantas veces conversamos; es casi la utopía de aquella adolescencia tan linda compartida y conversada pero, ante todo, es mi palabra, la que alguna vez le di, hace muchos años, en nuestra querida escuela y hoy, convencido de que tenía la razón que aquel día no le di, publico aquel dibujo y le grito. "¡La encontré!".
Ojalá nos encontremos en este sincero relato de pocas palabras, pero de cuarenta años de vivencias separadas, que hoy vivimos por primera vez en la adultez. Y ojalá vos comprendas que todo lo que pensamos hace tanto tiempo (y que no pudimos realizar juntos pero nos prometimos realizar por separado) hoy lo vamos a cumplir, como quizás nunca imaginamos.
Pasó el tiempo, con el transcurso de los años y las experiencias vividas y hoy, cumplidos ya ambos los sesenta años, sabemos mucho mejor que aquel día en que me entregaron el dibujo, que todo es posible sin importarnos la edad ni el tiempo que nos queda por delante sino las ganas de caminar juntos, acompañados y de la mano siempre, como lo hacíamos en nuestra adolescencia.
El dibujo lo encuadré antes de que perdiera los bellos colores que sus manos imprimieron con lápices y ahora corona el rincón donde, a menudo, tomando mate y escuchando música pasamos horas interminables recuperando el tiempo perdido y recordando, de vez en cuando, un pasado del cual nos arrepentimos de algunas situaciones vividas, pero en donde la experiencia, los hijos y la vida hicieron que hoy nos encontremos para disfrutar de las cosas más sencillas del diario vivir, quizás con más temor, pero convencidos de que jamás nos haremos daño, pues ya la vida nos puso a prueba más de una vez y salimos ilesos de algunos golpes siempre adelante para, hoy, compartir un café en alguna esquina y saborearlo como una fiesta de encuentro y entendimiento, hasta que el tiempo quiera, de nosotros seguir sacándonos una sonrisa a la luz de la luna, en la noche más oscura pero viviendo la felicidad de una adultez compartida sin reproches ni reclamos, simplemente con entendimiento, caricias, abrazos y la interminable conversación de cada encuentro.
.

sábado, 3 de junio de 2017

*LOCO BAIRES.

Escondido en los recuerdos,
de aquello que quizás pudo ser,
dejando metáforas colgadas
detrás de cada puerta
en las extensas charlas
de un loco Buenos Aires,
que pide el respiro
a la inspiración noctámbula,
dejo una rosa de papel,
y debajo del servilletero
mi última poesía, mientras,
detrás del vidrio empañado
pasa la musa que me lleva
a descansar la noche
sobre tus enredados cabellos
sobre mi almohada

*PASADAS LAS CERO.

Cuando se esconde el sol
y la luna despunta entre estrellas
el cielo inmenso
de las almas inquietas, despiertas
llenas de creatividad,
tus manos agitan la espesa neblina
de la noche sostenida
y al ritmo de corcheas y semifusas
la pasión se convierte
en el arte de la imaginación.
Los cigarrillos comienzan
a consumirse en el viejo cenicero
y, entre cafés y viejas melodías,
despiertas la vida
en medio de la oscuridad,
mujer noctámbula,
de mis versos dormidos.

*DE AMORES OCULTOS, EL SUR VIVE.

"Desde la ventana del inmenso living vidriado de frente a la ruta 3 y en aquella casi primaveral tarde de domingo, recostado en el sillón casi adormecido escuché golpear la puerta de madera de acceso, suavemente "adelante, está abierto", dije con en voz alta y entró Carlitos con su mochila al hombro y campera. "¡Vamos, daleeeee!". "¿Dónde? - pregunté - ¿dónde querés ir ahora,  no tengo la camioneta". "Vamos - dijo - tengo latas de cerveza y coca cola, nos vamos al glaciar". No dudé mucho, la aerosilla todavía funcionaba y se lo comenté. "No, vamos caminando, hoy se rompió. Dale vamos".

Y así fue como comenzamos la larga caminata, el glaciar parecía estar ahí, a cuadras, pero fue largo el camino hasta la base de la aerosilla y luego entre piedras y un poco de nieve; el ascenso hasta los hielos permanentes una vez más, pero esta vez, caminando y de paseo,  pues el domingo era el día que, de vez en cuando (no muchas veces), descansábamos del centro de investigaciones.

La caminata fue amena, esta vez no se habló de trabajo y entre las piedras y los borcegos esquivando y saltando debajo de los cables, llegamos después de un largo rato al hielo eterno. El sol brillaba como nunca sobre la nieve congelada, buscamos unas piedras para sentarnos y descansar los pies que ya estaban por lastimarse. Enterramos las latas en el hielo para después de un tiempo poder beberlas.

En aquel descanso, la vista es la fotografía soñada de la ciudad del fin del mundo y el lugar imposible de describir tanta belleza: las montañas, los montes, las lengas y el canal hacen de la bahía la gran postal, ¡¡¡Allá donde dobla el viento y termina nuestro hermoso país!!!

Carlos venía de Bahia Blanca, esa era su ciudad natal y estaba en Ushuaia solo como yo, pero hacía un par de meses más que ya circulaba por la ciudad solitario, los domingos . Me contaba como buen geólogo el secreto de cada montaña con historias de miles de años pero, esa tarde, quedó pensativo con la vista perdida en el canal. Lo observé reiteradamente y el silencio parecía ser interminable hasta que vi correr unas lágrimas por su mejilla y pregunté si quería contarme algo, me miró, lo palmeé y largó un llanto que intenté consolar entre mis brazos, en poco tiempo se repuso y así comenzó a contar con la voz entrecortada su pasado en la ciudad natal donde dejó, después de muchos intentos, el gran amor de su vida, que me describió con detalles tan maravillosos que en cada relato sus ojos volvían a brillar de emoción y todo parecía estar reviviendo allá, en la cumbre del viejo Martial.

El sol comenzaba a dejarse escapar entre las nubes y de a poco comenzamos el descenso, algunas luces de la ciudad comenzaban a encenderse pero, apurando el paso, llegamos a la casa junto con la noche, el viento comenzaba a estirar nuestro rostro y la calefacción del CADIC fue el alivio al término de la tarde y el comienzo de una noche mágica.

Mateamos mientras  fuimos preparando la pizza que  teníamos para la cena y confesiones de viento y lágrimas. A los dos el sur nos traía recuerdos diariamente y siempre relacionados con el pasado inolvidable, con dos mujeres que no teniendo nada que ver entre sí, giraban en nuestra cabeza sin antes haberlo comentado y, en medio de todas las casualidades, ambas descripciones parecía que estuviéramos hablando de la misma mujer, las dos pequeñas mujeres de estatura y tamaño, las dos grandes artistas y a las dos ambos hacía años que no veíamos pero ambos guardábamos el secreto el de que ninguna sabría el porqué de nuestro sentir por ellas.

En el living con los leños encendidos y mirando de frente el monte Susana, brindamos por ellas, por el amor, la amistad, el silencio y un encuentro inesperado en el culo del mundo donde las penas duelen como el viento en nuestro rostro y la nieve sacude nuestro corazón pero nunca lo enfría de amor hacia ellas.

jueves, 1 de junio de 2017

SUEÑO DE UNA NOCHE DE REYES.

Aquel sensual vestido corto, verde agua, sin breteles, ajustado. Aquel sensual vestido iluminó la noche. Las estrellas estaban más cerca que nunca, nuestras manos se estiraron, bromeando para agarrarlas unas a otras, y la luna llena, sobre el verde campo nos acompañó en aquella hermosa noche, ya inolvidable.
Él se desparramó debajo de la cama, el día agotador se sentía en su profunda respiración que mantuvo a ritmo toda la noche sin darse cuenta de nada de lo sucedido centímetros arriba de su cabeza.
Arriba, el hermoso resplandor de tu sola presencia, iluminó la noche de la oscura habitación por donde, se desdibuja su silueta entre las rendijas de la cortina que nos dividía del afuera.
Aquella noche, como si fuera una espiga de trigo dorada y esplendorosa, tu cuerpo se deslizó entre mis brazos marcando tu presencia y acentuando una vez más su "sí, aquí estoy,aquí. Soy yo".
Por un largo rato nos fundimos el uno con el otro; nos entregamos sin tabúes ni prejuicios y volvimos a recrear un nuevo estallido para nuestra sutil y reciente historia la cual iremos consensuando sin presura , momento tras momento, cuando a solas, vivimos un mundo que no es el mismo que día tras día compartimos con ustedes, es el nuestro que recreamos solos, entre ella y yo en cada encuentro.
Pasó el tiempo,volvimos a Buenos Aires y la rutina nos devoró, el recuerdo de los días de campo quedaron arrumbados en el baúl de las lindas nostalgias y los momentos inolvidables, la luna nos espera en un próximo encuentro y las estrellas bailan esperándonos, cuando el destino decida y los duende acompañen nuestros sueños,están dadas las condiciones para volver a soñar en la paz de la pampa argentina a metros de la luna, abrazados sin pudor.

*EL ÚLTIMO CAFÉ. *

La vereda de siempre, pero sin la locura del día, en la entrada y salida constante del subte que llegó hace años para instalarse la última estación (o la primera, como lo quieras ver): Congreso de Tucumán. Y ahí, a metros, donde durante años nunca pasó nada más que una pequeña multitud a la salida del cine, sí, justo en la esquina de Cabildo y Ugarte, pasa una noche más, de un viernes más de tantos días y, en esa esquina de siempre, donde rebotan las nostalgias, saltan las ideas y se esconden las frustraciones, nos reunimos los amigos, los olvidados de siempre, los del rincón del café que siempre llega no muy caliente mientras las lágrimas entibian la noche de invierno, de una noche más "sin penas ni olvidos", como decía el gordo Soriano. En esa fría mesa del bar que nos cobija los miércoles para cortar la semana y los viernes para despuntar la noche, total "mañana no se madruga" o sí, pero menos que el resto de los días; sin mantel, sobre la fórmica de la antigua mesa de madera reciclada, recordando los pancitos "Méndez" de azúcar; sacudimos los sobrecitos con menos cantidad para endulzar la noche, que ya viene amarga en las caras de nuestra soledad, de la que no hablamos más, pero que está presente en las arrugas pronunciadas del ceño de mi frente, según Alberto, o en su hermosa cabellera blanca, según mi opinión, total tengo asumido hace años que soy el "dolape" del grupo, ante las carcajadas contagiosas de Pablo que todavía me recuerda con barba y boina en medio de la dictadura solo para provocarme un poco. Él perdió la dentadura en una feroz golpiza, en esa misma esquina, por culpa de un nefasto Falcón verde, que nos agarró desprevenidos cuando no tomábamos solo café, sino que lo acompañábamos con vasos con hielo y algún contenido y, entre bromas y recuerdos, pasara un viernes más: el domingo llega el clásico, al mediodía la carrera y, nosotros, discutiremos si el Ford, el Chevrolet o el Torino, al que sigo defendiendo como el mejor fierro nacional aquí creado y el loco Di Palma, Fangio, Copello y la revista Corsa o Auto mundo, recordaremos mientras, seguro, miraremos como siempre pasar la hora, los recuerdos, los fracasos de amor y la siempre compañera soledad que, sin nombrarla, está sentada en la mesa de cada noche entre nosotros, en el Savoy, desde ese rincón, donde están, como dice el mozo, "los solitarios del rincón", buscando la explicación, la mujer, la vida y las nostalgias guardadas en letras que jamás daremos a conocer, pues son el secreto de la vida entre nosotros justo donde forman noventa grados las dos paredes del fondo y de vez en cuando sobre alguna vieja revista Crisis o Humor, dejamos caer una lágrima recordando la historia que vivimos juntos, allá lejos y hace tiempo pero, el martes, todo comenzó a cambiar,
Alberto llegó con una noticia que jamás hubiéramos esperado: "me voy", comentó. "Cuándo y cómo hacemos la despedida?", nos miramos sin comprender mucho y pensando en una broma más seguimos la conversación que veníamos teniendo. Insistió con más énfasis: "Me voy del país, ¿me escuchan o van a seguir boludeando, como todos los días? Me voy."
El silencio invadió la mesa, el mozo nos miró como advirtiendo una nueva discusión y aproveché a pedirle otro café, haciendo señas con los dedos, y pedí atención a ver de qué se trataba esta buena nueva que Alberto intentaba contar. Y así fue cómo nos enteramos de que viajaba a Bolivia y allí se quedaría a vivir. Entonces llegaron todos juntos los "dónde, cuándo y cómo, rápidamente y él, pausadamente, comenzó a responder una por una, sin mucho detalle, todas las preguntas. Las nuevas formas de comunicación hacen de la vida nueva e increíbles encuentros y así y allí supimos de su relación con una señora que, por supuesto, ya conoció personalmente y tenía en secreto, para no crear falsas expectativas, por lo cual y por quien, en menos de veinte días, se iba a iniciar una nueva vida a un nuevo país. Todos nos quedamos sorprendidos, pero, a la vez, contentos de la noticia deseando cada uno lo mejor, por lo cual la conversación se extendió y giró a lo más formal y serio de los últimos tiempos.
La noche era la propicia y nos fue llevando a confesiones imprevistas, lo pensé más de una vez, antes de tirarlo en la mesa, como dados del cubilete de cuero, que nos acompañó en más de una velada, pero fui tomando coraje con otro whisky, que pedimos ya por tercera vez, y me animé: "Bueno, bueno", dije, "ahora me toca a mí". "¿Te vas a Rusia?", comentó entre risas el polaco, "No, no...", respondí rápidamente, "Y ¿qué paso?", preguntó Luis. Entonces les comenté: "Me sigue moviendo el piso la petiza, otra vez, pero esto ya va muy en serio porque esta vez tomé una decisión que pensé durante años y nunca se los comenté".
"Cagamos, otro que rompe el pacto del rincón y se va a la mierda... y siempre por lo mismo", gritaba el Tano, "¿te das cuenta para qué inventaron las minas?, este pelandrún se va del íspa y este dolape de mierdaaaaa,  que parecía tener todo solucionado con sus poesías. Cuentos y relatos, vuelve a este templo de la amistad con la misma cantinela de hace años: la petizaaaa. No, yo me voy, esto es contagioso", y salió a la calle a fumarse un nuevo cigarrillo, riendo a carcajadas.
Oscar, seriamente me preguntó qué había decidido y les conté: "hace días tomé la decisión, pero no quise comentarlo hasta no estar seguro, hoy lo estoy. Es más, sé lo que dirán y me adelanto y se los digo yo: soy cagón y arrugué, hace unos días decidí no volver a verla nunca más y les explico el porqué: la última vez la miré a los ojos, muy intensamente y estuve a décimas de segundo de partirla en dos de un abrazo, de gritarle los años que hace que me guardo todo lo que siento por ella cada vez y, que hace una vida, que intento decírselo, pero, muchachos, ya pasaron el tiempo, las formas y los momentos adecuados, los lugares y las situaciones y hoy ya es tarde, me retiro definitivamente y no la veo nunca más. Esto les quería contar". La reacción fue espontánea y, hasta pareció, programada: Tito llamó al mozo, pagó la cuenta y se fueron todos menos Oscar que, a solas y antes de dejarme solo en la mesa, me dijo "pensalo, pero estás equivocado, no me contestes nada. Pensalo, Hasta mañana". Y me quedé solo en la mesa del rincón con el último café que invitó el mozo.

miércoles, 31 de mayo de 2017

*SIN IMAGINARLO.

Entre el viento y la arena,
la sal, el mar y el agua,
entre el pudor y el atrevimiento
la culpa y el perdón,
las canas y la calvicie,
la justicia y la impotencia
la vergüenza y mi silencio,
entre la vida y la muerte
y el correr de tantos años,
de la adolescencia a la madurez
en todo y, por casi sobre todo,
girando una y otra vez
en mi razón como en mi corazón,
estuviste y estarás siempre vos
sin saberlo ni siquiera imaginarlo.

martes, 30 de mayo de 2017

*NO PUEDO.---

Podría escribirle mil poemas más,
gritarle lo mucho que la pienso
y decirle que mi almohada
lleva su nombre guardado
cada noche, entre culpas y lágrimas;
podría intentar olvidarla
pero no quiero ni puedo;
podría abrazarla hasta besarla
y cuidarla de por vida,
son muchos los años
y muy larga la espera,
podría intentar volver a gritarle
como nadie lo hizo,
lo mucho que, en cada poesía,
intento describir,
podría mil cosas, pero . . .
no puedo.

lunes, 29 de mayo de 2017

*EL DÍA QUE BUSCO.

No hacen falta las palabras
ni los gestos;
las insinuaciones
estarían fuera de lugar,
porque vos, con solo mirarme,
escucharme y recordar,
sabiéndote tan inteligente,
mujer como sos
y has demostrado a lo largo
y a lo ancho de tu rica vida,
has descubierto
todo lo que dicen mis ojos
sin que abra la boca
ni una sola vez,
entonces si quieres saber
más de mis porqué,
solo debes preguntar;
si el temor que hoy
a mi me atormenta
y la culpa que invade
mis rincones más ocultos,
ese día quizás nunca llegue
o si . . . pero yo no lo sé.

*RETIRADA.

Algún día, quizás,
nos volvamos a encontrar
rodeados de verde,
saboreando un café de madrugada;
tal vez en medio
de una solitaria avenida
o a orillas del mar
en las costas
de la sutil nostalgia,
y ahí, pasado el tiempo
prudencial del alejamiento
comprendas el porqué
de mi abrupta retirada
cuando en mis ojos
veas brillar las lágrimas
que hoy quisiera secar
a besos de tus pupilas
y, por temor,
no puedo más
arrimarme a vos.

domingo, 28 de mayo de 2017

NUMEN UNO. (POESIAS)

 


*INSOMNIO CON VOS.

Brillas en la leve oscuridad
de mi cuarto,
encendida en cada pensamiento,
y bailas en mi mente
corrigiendo el tiempo,
prolijando recuerdos
y archivando momentos,
en cuadrículas de hemisferio
donde solo tú tienes
el acceso permitido,
pues tienes la llave
de mi razón
y el poder de descifrar,
en el silencio,
todo lo que pienso.
Así mi corazón responde
a los estímulos sensoriales
donde puedo gritar tu nombre,
sin que nadie perciba
la profunda conectividad
que veo en tus ojos
en la oscuridad del insomnio
.

sábado, 27 de mayo de 2017

*ENTRE MIS SUEÑOS.

Escondes el secreto
mejor guardado,
en cada lágrima
que baña tus bellos
ojos en largas horas
de madrugada,
y en la fragilidad
de tu cuerpo
se escapan mis abrazos
intentando cobijarte,
pero el pudor
puede más que la luna,
y al rocío de las estrellas,
cobijas la soledad,
mientras el alba
te descubre cada día
entre mis sueños.


lunes, 22 de mayo de 2017

*ESCONDIDO.

De mirar fotos
y recordar encuentros,
conversaciones y sonrisas,
lágrimas y confesiones,
de saberte lejos
y entre letras describirte
en cada madrugada
no me canso ni me cansaré,
pues algún día
te quebraré entre mis brazos,
para que nunca más
nos separemos
y compartamos este cuidado
que hago de vos a distancia
a escondidas y en
la absoluta reserva de mi soledad
donde solo el tiempo fue
y seguirá siendo el cómplice
de mis pensamientos.

sábado, 20 de mayo de 2017

*LA NOCHE.

Nos deslizamos
suavemente en la noche
de luna llena, tu cuerpo
cuál terciopelo, vibraba
sutilmente entre mis manos
y al calor del silencio
las estrellas contemplaban
nuestro ritmo
desde la vieja ventana
de vidrios repartidos
ya empañada de amor
al ritmo suave y silencioso
de los dulces movimientos.
Que solo entre sombras
desdibuja tu cuerpo
en la pared tras la luz
de la vela que nos acompañó
toda la noche.

viernes, 19 de mayo de 2017

*LA FLACA.

El ruido de los motores hacen que hablemos en voz más alta, los fierros van y vienen se caen, golpean y el ruido sigue y sigue durante todo el día, en la mesa, al lado del termo y el mate quedo el atado de cigarrillos y el teléfono celular abandonado por el ritmo del trabajo.
A las once decidí parar unos minutos y tomar algo, mate por supuesto, y escuche el tono de msj, al mirar tenía
mjse de dos llamadas perdidas y un de voz, escuche el mismo rápidamente era de ella, mi amiga, mi gran hermana de la vida, solo decía, dónde te metiste cheeee ¡¡!
Salí del ruidoso taller y la llamé: "Hola, perdido", escuché rápidamente. Es verdad hacía como una semana que no sabía de ella y, tras el reto, quedamos en vernos para conversar por la noche, mate por medio, en su casa. Eso de los mensajes de texto o el chat no es para jovatos como nosotros, él cara a cara con los amigos es indispensable (en eso coincidimos).
Después de la cena fui para allá y, luego del reto seguido del abrazo de siempre, comenzamos a conversar como hace más de cuarenta años lo venimos haciendo, desde que los pasillos de una escuela nos cruzaron en la vida vaya a saber uno por qué, quizás tenga razón Alberto, el arqui, y dios nos eligió para que un día juntos formáramos parte de un lugar con mucha historia a través del tiempo.
La flaca se va, sí. Después de una vida en medio del bullicio del tránsito, las demoras, el esmog, los ruidos de los autos las veinticuatro horas del día y la gran avenida, deja la ciudad, deja el microcentro y se va al sur. Sí, al sur, donde tantas veces le conté que anduve por ahí en los ochenta, nos deja para radicarse en Tierra del Fuego.
"Pará -le dije -, pará la moto, no entiendo nadaaa. Te vi hace diez días y no comentaste nada.
Hace unos días fuimos a cenar, conversamos de la vida, de la escuela, de los hijos de mil cosas, se hizo madrugada como de costumbre, pero ni palabra", y la flaca largó, abrió la canilla y el chorro salió con todo: había conocido por intermedio de una carta manuscrita al hombre de su vida, así cuenta ella y le creo, después de tantos años cómo no hacerlo, sé lo que dice, cómo y cuándo.
Un amigo en común que vive en Rió Grande hace muchísimos años le dio la dirección a un viejo conocido de él, nativo de la isla. Este buen hombre mandó su primera carta, por correo como se hacía antiguamente; ella leyó y desconfió; habló por teléfono con nuestro amigo, confirmó datos y comenzó un amor a distancia y por carta, que lleva ya casi un año. Luego llegaron fotos, las llamadas telefónicas muy largas (la flaca habla hasta con las orejas) y ahora decidió ir a vivir con él allá.
Me quedé mirándola sin decir palabra unos minutos, luego dije "es una locura, ¿por qué no se ven antes?"; "para qué", dijo, "está todo conversado, somos grandes".
Hablamos mucho, mucho, nos sorprendió el amanecer como tantas veces, pero esta era la última vez; los mates fueron eternos, los cafés inolvidables y todo sonaba a despedida.
Mañana la llevo al Aeroparque, su vuelo con destino Río Grande, sale a las ocho.
Pero en diciembre, si todo sale como conversamos, voy para allá y tomaremos mate los tres y seguramente conversaremos mucho, la flaca ya se comprometió a llevarme para que vuelva a recorrer la isla como hace años cuando el que vivía allá era yo y, por sobre todas las cosas, a no perder una linda amistad y hermandad de 43 años que comenzó después de un gran idilio de adolescentes en la puerta de un colegio.

jueves, 18 de mayo de 2017

*SOLO ABRAZÁNDOTE.

Me quité la piel 
para darte abrigo,
he dejado entrar tu luz

para que recorras en mí

la sangre del presente,
y solo
te he abrazado por dentro
solitariamente en vida
renunciando a perderme
para encontrarme en ti.

*VAMOS.

Solo
decidí llegar rápido,
pasaron los años,
entre canas
y cabellos perdidos
comprendí otra realidad,
quiero llegar lejos
pero con vos de mi mano,
si te animas
nos queda un largo
y sinuoso camino,
pero juntos llegaremos,
donde la felicidad
nos espera al sol
para disfrutar la vida.
Vamos.

martes, 16 de mayo de 2017

*ME ENCONTRARÁS.

Solo el viento secará
tus ojos vidriados de lágrimas
que contienes
con toda tu fuerza;
solo el sol
despejará el día
para iluminar el sendero
que te llevará a la felicidad,
solo la lluvia
mojará tu rostro y tu cabello
para limpiar la bronca contenida
de diversos avatares de la vida,
luego, en medio del sendero,
al final del laberinto,
en el último pasillo de salida,
encontrarás mi mano tendida
y, juntos,volaremos
al arco iris de sueño
que más de una vez
creímos inalcanzable
antes de conocernos.

*ENTRE VOS Y YO.

Te quitaré
una sonrisa al amanecer
algunas durante el día
y otra antes de dormir.
Te quitaré
lágrimas de alegría
y cansancio de caminar a tu lado.
Te quitaré la tristeza
compartiendo contigo todo,
hasta lo que ni puedas
hoy imaginar.
Te quitaré la soledad
y, entre cuatro paredes,
juntos recrearemos un mundo
para vivir la alegría
de la música
y las sensaciones compartidas.
La ropa  . . .
te la podría quitar cualquiera,
pero vos solo
te la quitarás conmigo
cuando juntos
bailemos de alegría
al habernos cruzado
en esta vida.

sábado, 13 de mayo de 2017

*NOCHE DE MARTES.

Como viento de otoño
en tarde gris,
silbando la madrugada
por las calles solitarias,
una y otra vez
penetras en mi memoria,
antes de llegar el alba,
en la soledad gastada
de mis letras cansadas
te busco girando
calles sin nombre
por barrios desconocidos
y lunas ocultas
tras ramas sin olvido,
una y otra vez
el susurro del viento,
la luces y el sonido del silencio
son brújulas sin norte,
y en el viejo bar
descansó la noche
y arrinconó tu nombre
en el olvido de una letras más...
sin tu nombre.

miércoles, 10 de mayo de 2017

*TORMENTA INCONCLUSA.

Entre viento y arena
descubro con la vista agobiada
tu nombre en el silencio.
Las gaviotas partieron,
el sol escondió la tibieza,
y, a lo lejos, el faro
guía el andar de mis pasos.
Te busco una y otra vez,
las olas rompen el silencio
y tu nombre
discute, en mi mente, el pasado,
donde el presente gana
solo con vos delante
de mis pasos que te buscan,
una y otra vez
en medio de la tormenta
de los recuerdos perdidos.

Entre Vos y Yo. +

El brillo de tus ojos, el color de tu cabello y la sensualidad que despliegas en cada palabra de enojo, solo está en vos, en las canas que e...