Latiendo párpados,
humedeciendo almohadas,
tus ojos pardos
recuerdan mis sueños.
Te piensan cerca
mis manos te buscan,
mis letras te alcanzan,
pero tú, no sabes de mí;
de mis locas madrugadas
hilando frases, ni del hermoso
fantasma de tu rostro
persiguiendo mi sinuoso camino
de águila vencido.
Un día,
cuando menos lo esperes,
cuando ni lo imagines,
te diré: soy yo,
y tu rostro de asombro,
oscurecerá la tarde
ocultando la luna
y caerá sobre ti.
Tal vez la lluvia
más esperada de sonrisas
que compartiremos
juntos sin secretos,
y ese momento comprenderás
muchos escritos, que ya has leído
y todos hablan de y para ti.
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Hermoso...
ResponderEliminarmuchas gracias Gla ,un abrazo
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